La conmovedora historia del niño Emmanuel
EL RETORNO, Colombia
Los rehenes de las FARC
Familiares de rehenes piden ayuda a Chávez
J. C. GONZALEZ /Especial para The Miami Herald
En este poblado de 4,000 habitantes en lo profundo de la selva del sur de Colombia, irónicamente llamado El Retorno, es donde el niño conocido en todo el mundo como Emmanuel comenzó su largo viaje de rehén de la guerrilla a la libertad.
Para funcionarios del gobierno colombiano, vecinos y amigos, era un niño muy enfermo llamado Juan David Gómez Tapiero. Pero las pruebas de ADN que se le practicaron indican con certeza casi total que es Emmanuel, hijo de una política secuestrada por las FARC.
Su historia generó titulares en todo el mundo cuando las FARC ofrecieron liberarlo a él, a su madre y a otro rehén y entregarlo al presidente venezolano en una operación que recibió gran atención de los medios. Pero pocas personas, entre ellos los líderes de las FARC, sabían que en ese momento el menor ya no estaba en manos de la guerrilla.
Una visita de The Miami Herald a esta región boscosa, unas 310 millas al sur de Bogotá, generó el primer recuento detallado del camino recorrido por Emmanuel desde El Retorno hasta el candelero, aunque quedaron muchas interrogantes por contestar.
A principios de junio del 2005, José Crisanto Gómez, un campesino de 37 años, llegó aquí en bote después de viajar todo un día desde su pequeño poblado de La Paz, según varios vecinos. La Paz estaba bajo control de las FARC.
Gómez llegó con dos niños enfermos en busca de un médico. Uno de ellos, de unos 11 meses, estaba en pésimo estado de salud: malaria, un brazo fracturado, desnutrición severa, anemia, fiebre alta, diarrea y leishmaniasis, una enfermedad seria de la piel que es común en la selva.
La clínica pública lo transfirió de inmediato al hospital en la capital provincial, San José del Guaviare, un viaje de 40 minutos. Los documentos de ingreso al hospital muestran que la ambulancia salió a las 8 p.m. del 15 de junio.
''No es común recibir niños en tan mal estado de salud como Juan David'', dijo Rosario Neira, directora del hospital de San José. ``Era deprimente ver tantas cosas en un niño. Fue muy triste''.
''Cualquiera se habría desmayado ante este niño con tantas enfermedades'', agregó. ``Ni siquiera abría los ojos. Le llevamos juguetes y no los tocó. No se podía parar; se arrastraba. Lloraba pero no tenía lágrimas debido a la desnutrición''.
Y con lo que se sabe ahora del niño, no sorprende que estuviera en tal estado de salud.
Emmanuel nació en un campamento de las FARC en la selva. Su madre es la vicecandidata presidencial Clara Rojas, secuestrada por los guerrilleros con la candidata presidencia Ingrid Betancourt casi seis años antes durante un viaje de campaña a una zona rural. Se informa que el padre es un guerrillero que tuvo una relación consensual con Rojas.
Un vecino de El Retorno quien dice que José Crisanto Gómez le contó toda la historia en secreto, recuerda que Gómez le dijo que las FARC dejaron el niño a su cuidado en La Paz durante un combate con tropas del Ejército colombiano. Los guerrilleros prometieron regresar por él en una semana.
Una amiga íntima de la esposa de Gómez, Liliana, de 24 años, dijo que a ella le dijeron que las FARC planeaban dejar allí al niño sólo unos días. La amiga, que pidió no ser identificada por razones de seguridad, agregó que las FARC querían que el padrastro de Liliana, una chamán de la zona, le tratara el brazo fracturado al niño.
La amiga y el vecino de El Retorno insisten en que no fue hasta dos semanas después que Gómez comenzó a sospechar que el menor era el hijo de Clara Rojas. También niegan rumores de que Gómez pertenecía a las FARC, la más antigua y poderosa guerrilla en América Latina.
``Fue sólo un instrumento. Qué culpa puede tener si lo único que hizo fue echar una mano.
Además, es común que los guerrilleros dejen sus hijos a cargo de otras familias'', dijo un vecino de Gómez que también pidió no ser identificado por temores de seguridad.
El niño permaneció entre 30 y 45 días con la familia de Gómez en La Paz, según amigos de la familia. Pero al ver que se le deterioraba la salud --y con uno de sus propios hijos enfermo-- Gómez decidió hacer el viaje a El Retorno con los dos menores.
Gómez aparentemente no tenía permiso de las FARC para el viaje, según el vecino de El Retorno. Y una vez allí los guerrilleros lo amenazaron. De manera que toda la familia --Liliana, sus otros seis hijos y el padrastro de Liliana-- huyeron de La Paz y se establecieron en El Quindío, un barrio de El Retorno con calles de tierra y casuchas con techo de zinc.
''Eran muy pobres. Algunas veces no tenían nada que comer. Hubo días en que eran las 2 de la tarde y no habían desayunado, entonces yo les daba algo a los niños'', dijo la amiga de Liliana. ``El abuelo incluso fue al matadero a ver si podía conseguir algunos huesos''.
Desesperado, Gómez llevó el niño enfermo a la clínica pública de El Retorno y dijo que era el hijo de una sobrina, Martha Tapiero, que había fallecido víctima de un delito común.
La salud de Emmanuel mejoró en el hospital de San José, pero al día siguiente de llegar el gobierno lo tomó bajo su custodia. Ya el 28 de junio del 2005 estaba lo suficientemente recuperado como para trasladarlo a una instalación del gobierno en Bogotá con el fin de tratarle el brazo fracturado, la malaria y la leishmaniasis, según Neira.
''Lo enviamos [a Bogotá] porque necesitaba tratamientos que aquí no podíamos ofrecerle'', dijo Neira.
En Bogotá, mientras se recuperaba de la operación del brazo, fue entregado a una familia sustituta designada por las autoridades.
Pero Gómez le siguió la pista a través de un funcionario en San José, dijo Jhon Valdez, que habló con Gómez en su condición de representante de El Retorno ante la oficina del ombudsman del gobierno central.
''El sabía quién era el niño y estaba muy interesado. Pero no podía ir a verlo porque no tenía dinero'', le dijo Valdez a The Miami Herald. Agregó que Gómez no sólo quería recuperar al niño por las FARC, sino también porque se había encariñado mucho con él.
A principios del año pasado, Gómez, que entonces trabajaba en la construcción, se postuló infructuosamente al concejo municipal de El Retorno, diciendo que quería representar a los miles de campesinos de la zona obligados por la guerra a huir del campo. El Retorno tiene 4,000 habitantes, pero en los alrededores viven 15,000 personas.
La familia Gómez sufrió otro golpe en abril pasado cuando funcionarios de bienestar decidieron que el niño había sido abandonado, lo que ponía en peligro los esfuerzos de Gómez por recuperarlo. Los funcionarios alegaron que Gómez no sólo era demasiado pobre para criar al niño, sino que no pudo probar que tenía algún parentesco con él.
Gómez apeló infructuosamente a Valdez, el ombudsman.
En junio pasado las FARC comenzaron a presionarlo para que devolviera al menor. En noviembre las exigencias habían pasado a las amenazas, y entonces Gómez decidió tratar de recuperar al menor alegando que era su padre, dijo Valdez.
''Nunca le dije a las FARC que el niño estaba en manos de la entidad de bienestar'', dijo Valdez. ``Me dijo que el niño era su seguro de vida y que si revelaba dónde estaba lo matarían''.
Valdez dijo que la tarde del 26 de diciembre, después que las FARC le habían puesto a Gómez el 30 de diciembre como fecha tope para devolver al niño, Gómez fue a su oficina y le contó en secreto lo sucedido, sin conocer todavía la verdadera identidad del niño.
Para ese momento Hugo Chávez ya tenía una gran cantidad de observadores internacionales listos para supervisar la liberación de los rehenes y envió varios aviones a Villavicencio, junto a la selva, a esperar la prometida liberación de Emmanuel, su madre y la ex congresista Consuelo González.
Valdez dijo que le aconsejó a Gómez que se entregara a las autoridades. Gómez aceptó, pero esperó hasta el 29 de diciembre, después de haber recibido su sueldo mensual en la construcción. Esa tarde la familia abandonó su casa en El Retorno y se fue a San José.
El 31 de diciembre, Gómez, contactó a otras autoridades, que inmediatamente llamaron a la policía. Gómez repitió la historia y la familia está ahora en el programa de protección de testigos del gobierno.
Ese mismo día, el presidente Alvaro Uribe anunció que los servicios de inteligencia habían recibido información que Emmanuel no estaba bajo control de las FARC y que probablemente era el mismo menor al cuidado de una familia sustituta en Bogotá.
En El Retorno, la noticia de que el niño rehén de hecho había vivido entre ellos, sorprendió a muchos de los vecinos.
''Nunca me imaginé que ese niño hubiera estado aquí'', dijo Lorena Amado, administradora de un restaurante. ``Es bueno que lo hayan encontrado''.
''A lo mejor ahora'', dijo Neira, la administradora del hospital de San José, ``recibirá todo el amor que se ha perdido''.
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