martes, 11 de marzo de 2008

QUÈ DIRÌA CRISTO DE QUIÈNES EN SU NOMBRE HAN HECHO DE LA EDUCACIÒN UN MERCADO

Por: Victor Hugo Tumba
Doctor en Educaciòn

El gobierno declaró la Emergencia Educativa 2004-2007 debido a la difícil situación que vive este sector ( ). Entre las razones que se consideraron para dicha Emergencia Educativa es que el sistema educativo público y privado peruano se encuentra muy lejos de alcanzar los estándares mínimos de una educación de calidad, a pesar de los esfuerzos y avances realizados por el Sector. Esta situación es reflejo de un conjunto de problemas a nivel macro social que nuestro país ha venido atravesando en las últimas décadas y que responden a factores políticos, económicos, sociales y culturales; tales como la inestabilidad de la democracia, la pobreza estructural, la falta de una identidad nacional claramente constituida, el centralismo, la burocracia, la exclusión, entre otros.
También en la Emergencia Educativa se ha tenido en cuenta los resultados de la Evaluación Nacional de Rendimiento Estudiantil 2001 realizada por la Unidad de Medición de la Calidad del Ministerio de Educación, que revelaron que la mayoría de estudiantes que concluye la primaria lo hace sin haber alcanzado el desarrollo esperado de las competencias del área de Comunicación Integral. Dichos resultados mostraron también que los estudiantes presentan dificultades en la resolución de problemas relacionados con las capacidades del área de Lógico Matemática. A esto se añade que desde el gobierno de Alberto Fujimori el centro de estudios -estatal o particular- puede manejarse como un negocio o como una empresa para obtener ganancias lucrativas aunque esto perjudique a los estudiantes.
Al respecto el educador SÁNCHEZ RAMÍREZ dice: “Como parte de la política neoliberal el Gobierno (de Fujimori) expide en 1996 el D.L. 882 por el cual promueve la inversión privada en educación y simplifica los trámites para la creación de centros educativos particulares. A pesar de la preeminencia de la escuela pública, reconocida constitucionalmente, la privatización de la educación o de segmentos de ella, ha sido siempre una tendencia presente en la política educativa. En la realidad lo que se ha producido es una especie de convivencia de la escuela pública con la privada. La primera promovida por el Estado y considerada como una obligación de éste ha sido reservada para los sectores populares y medios de escasos recursos, mientras que la segunda se ha reservado para los sectores altos y medios. Esta distancia entre la escuela pública y los colegios privados (los de mayor nivel), expresan también, las profundas diferencias sociales. La crítica situación económica ha conllevado también a un traslado de escolares privados a colegios públicos. La privatización de la educación se ha manifestado además en el nivel educativo superior universitario. Efectivamente, en los últimos años como parte del fenómeno de la masificación de la enseñanza universitaria (producto de la gran demanda de jóvenes por acceder a la universidad) se han creado mayoritariamente universidades particulares en Lima, y en todo el país, sobrepasando, en muchos casos, las posibilidades reales de ofrecer una enseñanza de calidad y garantizar una sólida formación profesional” ( ).
Por otro lado, también constatamos que los contenidos académicos que se desarrollan en el aula reflejan el pensamiento neoliberal y buscan crear sumisión y conformismo en los estudiantes ante el sistema de opresión y de globalización de los imperialismos que dominan los Estados y manejan las conciencias. Los textos escolares -especialmente de los centros privados- son en su mayoría importados, los conceptos no son propios y los programas curriculares no se ajustan a la realidad ni a los verdaderos requerimientos del ser humano.
MAGLIO afirma al respecto que “hay sectores que se apropiaron del poder en este planeta. Las transformaciones educativas que se están llevando a cabo en los países de América Latina son digitadas por estos sectores "intangibles" que manejan el mundo. Por ello es que no podemos esperar más que problemas en cuanto a la aplicación de las mismas ya que su principal objetivo es formar ciudadanos maleables y sin espíritu crítico, que sean capaces de ‘acomodarse’ a un sistema establecido por los grupos de poder y que, según ellos, no se puede cambiar” ( ).
No se educa para cambiar la sociedad, sólo se instruye y mal. El conocimiento que se brinda tiene absurdos elementos culturales inauténticos y antivaliosos para la vida. Se usa métodos descriptivos que el estudiante repite mecánicamente. Lo cual denota la dirección de una pedagogía inflexible, inhumana y rigurosa.
Los padres para educar a sus hijos desde inicial hasta el nivel superior invierten injustamente una gran cantidad de dinero, más si se trata de un centro particular. La educación privada mayormente es discriminatoria e instrumento de lucro ilegal y deshonesto. Persuadidos por el marketing los padres llevan a sus hijos a una institución privada, pero si el eventual o frágil presupuesto familiar se quiebra los promotores no entienden y los humillan diciéndoles: “¡si no tienes para pagar ¿por qué trajiste aquí a tu hijo?!”. Y esto es más preocupante si se trata de una institución educativa “religiosa” donde se hace proselitismo cristiano, usufructuando incluso con los recursos y plazas del Estado. ¿Qué diría hoy Cristo de quienes en su nombre han hecho de la educación un mercado?